Salvando extremidades en pacientes diabéticos, el partido que no se puede perder

La diabetes Mellitus (azúcar en la sangre), con su mejor amiga la obesidad, es una enfermedad que alcanza a todas las poblaciones del planeta y que está en fuerte crecimiento. Se calcula que hoy en el mundo hay 463 millones de diabéticos.

La diabetes está condicionada por la disminución de la actividad física, tener una alimentación no balanceada (escasas verduras y frutas en la dieta) e ingerir bebidas con alto contenido de azúcares. En Colombia, de igual manera está favorecida por nuestra cultura gastronómica ¿acaso se ha preguntado usted cuántas harinas tiene un sancocho, entre ellas, papa, yuca, plátano y mazorca?

Pero entonces, ¿cómo podríamos definir la diabetes de forma práctica e ilustrar por qué afecta tanto a quienes la padecen?

La diabetes tipo dos, o Mellitus, es una enfermedad en la que se da una resistencia a la entrada de glucosa en la célula. Para ponerlo en los términos más simples. Hagamos de cuenta que la célula es un estadio donde se presentará un partido de fútbol clásico mundial.

Sabemos que el estadio cuenta con varias puertas que permiten la entrada del público. ¿Qué pasaría si estas puertas estuvieran cerradas y no tuviéramos las llaves que las abren? Nadie podría entrar. Las personas se empezarían a agolpar frente a la puerta, manifestando su imperiosa necesidad de entrar.

Ahora bien, suponga usted que llega el cerrajero del estadio (Páncreas) que logró producir algunas llaves que abren algunas de esas puertas. En ese caso entonces empezarían a entrar a empujones algunas de las personas aglomeradas. De hecho, si de repente el mismo cerrajero consiguiera producir todas las llaves, todas las puertas se abrirían de repente y en masa entrarían todos los ansiosos espectadores.

Es así como se comporta la diabetes. El azúcar (glucosa) son los aficionados, estos necesitan una puerta para poder ingresar a la célula (estadio) que además tiene la función de trasportar el azúcar –de llevarlos a la experiencia del partido final– y la llave (insulina) que hace que esa puerta se abra.

Sin esa llave, el azúcar no puede entrar y, tal cual los aficionados, comienza a acumularse afuera del estadio. A rodearlo, a sitiarlo. Esto es lo que se conoce con el término hiperglicemia o azúcar alto.

Si no tenemos ninguna llave (no hay insulina) se trata de una diabetes tipo uno o juvenil. Esto significa que hay ausencia de producción de insulina por parte del páncreas (el cerrajero del estadio). Si en cambio el cerrajero produce algunas llaves (algo de insulina) algunas puertas se abrirán, pero no entra todo el azúcar y éste seguirá amontonándose frente a las puertas de la célula que siguen bloqueadas (aumento indiscriminado del azúcar en sangre), es decir, diabetes tipo II.

En mejores circunstancias, si el cerrajero genera todas las llaves requeridas para el ingreso (niveles de insulina normales), se evitará la aglomeración; excepto para los que quieren colarse o practican infaltablemente el rito de dejar todo para lo último. Actuamos así ¡hasta a nivel celular!

De esta manera, algo caricaturesca, podemos ilustrar muy comprensiblemente por qué el azúcar en sangre está alto en los pacientes con diabetes o hiperglicemia. Recordemos siempre que el azúcar (glucosa) es la moneda de cambio con la que el cuerpo paga cualquier función que realiza. La glucosa se sintetiza en una molécula muy especial que proporciona energía para todos los procesos celulares y que, para parafrasear al mundo de hoy, podría asimilarse a una nueva criptomoneda llamada Adenosín-trifosfato (ATP), nombrémosla pues la CRIPTOATEP para los propósitos explicativos de este artículo.

Sin la Criptoatep no podemos funcionar. Por eso es vitalmente importante garantizar la entrada del azúcar a las células. Los diabéticos se empiezan a sentir muy mal (dolor de cabeza, falta de concentración, confusión, debilidad, visión borrosa, conducta alterada, falta de memoria o coordinación) porque no tienen ‘con qué pagar’ las funciones del cuerpo. De hecho, si llegan a perder del todo sus Criptoateps (hipoglicemia grave) pueden entrar en coma y morir.

Cuando el cuerpo no tiene Criptoateps en su billetera electrónica para pagar sus funciones, entonces empieza a vender tokens para recuperarse. Estos tokens, que en el mundo de hoy pueden ser pinturas electrónicas, textos digitales irrepetibles, líneas de código de computadora, entre otras cosas que parecieran traídas como suvenir de un viaje con el carro de Volver al Futuro, para nuestro caso aquí tratado se refieren a nuestras grasas corporales.

Desafortunadamente, nuestras grasas no son muy eficaces en la producción de Criptoateps, es decir, de energía en reemplazo de la que produce la síntesis de nuestros azúcares o glucosa en el Adenosín-trifosfato. 

Esta falta de eficacia en el proceso de obtención de energía a partir de las grasas, se ve representada para nuestro organismo en un castigo o multa, tal cual les sucede a quienes con la intensión de colarse en el estadio son pillados por las autoridades. Esta multa no es nada más ni nada menos que la producción de sustancias que son nocivas para el cuerpo (fosfatidilinositol, betahidroxibutirato y otras) que producen daño en el recubrimiento de los vasos sanguíneos más pequeños del cuerpo humano llamados capilares.

Al bloquearse los vasos sanguíneos, no llega la sangre, ni los nutrientes que transporta, alterando drásticamente los tejidos. Por ejemplo, el daño del cristalino (cataratas en ojos), los riñones no filtrarán bien (insuficiencia renal), daño en la circulación que nutre los nervios (polineuropatía), daños en el corazón, en el cerebro y la circulación en los pies (pie diabético y necrosis: la piel cambia de color y se pone negra, muere, se debe entonces retirar el tejido afectado). Así mismo, se puede dar una grave afectación en los dedos. El sistema de defensas se pone perezoso y deja de responder bien a las infecciones, creando grandes problemas e infecciones generalizadas (sepsis).

Ahora que tenemos entendido porqué es que la diabetes produce tanto daño empezaremos por decir que no es la insulina la que acorta la vista y produce las ‘maluqueras’, sino que es la falta de ella. Adicionalmente, el daño en la microcirculación (el taponamiento de los vasos sanguíneos) conlleva al deterioro masivo de muchos órganos y, eventualmente, a la falla de todo el cuerpo. A esas alturas ¡nuestro equipo habrá perdido el partido!

Para seguir ampliando el horizonte, no podemos dejar de lado el hecho de que un taponamiento, un represamiento, una obstrucción de la circulación –por mínima que sea– afectará los nervios que van a las piernas. Es por esto que los pacientes diabéticos experimentan la sensación de tener quemaduras en las plantas de los pies, tener la piel muy seca y una parálisis de los músculos (interóseo-dorsales). Se les deforman los dedos de los pies quedándoles como una garra (dedos en garra) y se les cae el hueso del pie del dedo gordo que, además, por la piel reseca y la falta de sensibilidad, produce úlceras en el área de la base.

A este respecto, por favor, usted no debe olvidar que las úlceras se pueden presentar por talladuras de los zapatos y por chuzadas y otro tipo de agresiones ‘involuntarias’ al pie. Cuide sus pasos al caminar.

Las úlceras tienden a sobre-infectarse y, como no hay buenas defensas, puede llegar rápidamente al hueso y allí crear una osteomielitis de muy difícil manejo. Aunado a que si la circulación no es buena pues los antibióticos no llegarán a su destino. Los pacientes enfrentados a esta triste realidad muchas veces terminan con amputaciones de los dedos y las piernas. ¡A ganarle el partido a la mala alimentación y la vida sedentaria!

Pero, así como en el mercado de los tokens no fungibles y en los torneos de fútbol más exigentes, siempre existe la oportunidad de recuperar lo perdido. De la mano de un buen equipo asesor o técnico (internistas, ortopedistas, podiatras, psicólogos, vasculares, nutricionistas, deportólogos, fisioterapeutas) se pueden realizar atenciones tempranas que, con el conocimiento y entendimiento de la enfermedad del paciente y en clínicas especializadas en riesgos cardio-metabólicos, se pueden evitar las amputaciones.

Asistir a las jornadas de educación presenciales que ofrecen estas clínicas, con talleres para corte de uñas y manejo de dietas, así como de cuidado de la insulina y su correcta administración para mantener los niveles de azúcar adecuados; es vital.

El camino a la no amputación se debe recorrer empezando por el primer diagnóstico de diabetes y debe continuarse tomando el sendero de la educación.

A nosotros, los que somos parte de esos equipos de asesores y técnicos, nos corresponde producir los contenidos que le dan vida a esa educación para la vida y de ahí nuestra entrega a la tarea de escribir artículos como este para que tú y tu familia entiendan esta letal enfermedad y aprendan que la mejor manera de prevenirla es no tenerla. Pero, que si ya estás diagnosticado con ella, logres prevenir las lesiones en pie y otros órganos manteniendo una buena glicemia. ¡Tu billetera electrónica corporal llena de Criptoateps!

…Y a propósito del partido. Quedó finalmente 1-1. Pero el balón sigue en tu cancha. De ti depende quitarle la copa de campeón a la diabetes y el botín de oro al pie diabético. ¡Entrena duro!

rehabilitación de diversas patologías; que al ser detectadas y atendidas a tiempo, evitará futuras dolencias y problemas de espalda, tobillos, rodillas y cadera.

Los pies son considerados una de las estructuras anatómicas más complejas e importantes del ser humano; son responsables de soportar el peso del cuerpo, fundamentales para caminar, equilibrarse, pararse, trepar y correr; gracias a ellos podemos avanzar, siendo esto de gran importancia en el desarrollo de las tareas de la vida cotidiana, en nuestras relaciones interpersonales y en momentos de esparcimiento y disfrute.

Los pies hacen parte de las extremidades inferiores del cuerpo humano y son las que más padecen con el paso del tiempo y las actividades diarias, caminan miles y miles de pasos cada día, soportan todo el peso corporal, sufren por el uso de calzado inadecuado, corte incorrecto de las uñas, falta de hidratación, uso de medias inapropiadas entre otras.

Por esto, acudir periódicamente a Clip D Spa IPS a una revisión con especialistas en el cuidado de los pies, ayudará a prevenir y reducir el riesgo de desarrollar graves patologías podales futuras.

CLIP D Spa Dr Carlos Fernando Cobo Borrero

Dr. CARLOS FERNANDO COBO BORRERO

Ortopedia  y Traumatología

Pie diabético, ortopedia general

CLIP D Spa – 2024

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